Peluquín con alpargatas

La idiosincrasia de los pueblos forma parte del Legado que han adquirido de sus antepasados, en la manera de obtener y defender las conquistas que en base a sus costumbres, aspectos y relaciones, derivan en profundos sentimientos colectivos sin anteponer condición social, raza, credo o religión.

Cuando se trata de defender el territorio habitado; obviamente, y amenazado por elementos externos, internos o factores naturales, se establecen estrategias desde la información y formación de las estructuras, con la finalidad de llegar hasta la integración y organización de los complementos y componentes básicos para el resguardo y la defensa.

Cada Nación tiene sus mecanismos para defender su territorio, de manera que ninguna de esas naciones tiene similitud o pareceres igual a otras en cuestiones de defensa integral de su geografía.

Cuando se trata de amenazas a la integridad territorial Nacional, se pone a prueba la capacidad psicológica, física, e integral, sobre todo el conjunto dispuesto a participar y acatar el llamado de la Patria. Tratando de establecer un vínculo entre las pretensiones y la desfachatez que han manifestado y mostrado quienes se consideran en nombre de supuestos derechos adquiridos entre cúpulas y sociedades, para someter y controlar en nombre de la mentira, la hipocresía y la maldad, a quienes se les consideran vulnerables y disminuidos en cantidad pero no en calidad por si no lo saben, tienen que ponerse las alpargatas.

Esta breve reflexión es por la insolente, intolerable y prepotente amenaza que ha pronunciado el Presidente estadounidense Donald Trump contra nuestra Patria Venezuela. No cabe la menor duda que se le esta moviendo el peluquín de tanta incomodidad por Venezuela. Alebrestado y con aires de Emperador del mundo, deambula con su peluquín profiriendo amenazas y ordenando lo que su incomodidad le produce; terror y destrucción por tomar lo ajeno.

El ruego que la oposición apátrida le ha manifestado para que invada, sancione, llene de balas y cañones, cohetes y aviones a Venezuela, se lo ha tomado en serio sin pensar en su peluquín que sigue moviéndose sobre su cabeza y que lo puede hacer pasar el ridículo ante el mundo y toda su pandilla.

Lo que este Presidente peluquín no sabe, es que entrar puede ser fácil, lo difícil es salir. Para que tengamos una idea de la torpeza que ha cometido “el sancionador del peluquín” con sus amenazas; debe saber que este pueblo tiene cojones y ovarios heredados de sangre guerrera, caribe y libertadora.¿Cree usted Mr. Peluquín, que se esta metiendo como camorrero o buscapleitos, come casquillo del “malandraje” ultra terrorista y criminal de la derecha irracional venezolana con un pueblo manso?, craso error; para tratar de agredirnos debe saber bailar Joropo, pero usted no sabe.

Si ya hemos vencido siglos atrás al imperio español y seguiremos venciendo imperios, no se equivoque porque se le puede caer el peluquín definitivamente.

Usted quiere nuestras riquezas porque quiere tener más de lo que tiene, no propiamente para compartirlo o distribuirlo como cualquier forajido entre sus pandilleros, no, lo quiere para sostener su imperio criminal tambaleante. Sepa usted Donald trump, que con sus serviles locales y adulantes foráneos, aquí le decimos; aprenda de nuestra moral y estirpe, estudie nuestra historia para que aprenda y conozca quienes somos, se ponga las alpargatas y aprenda a bailar joropo... Y agárrese el peluquín; porque aquí si se le va a caer.

Agustín Ruiz
Publicado en El Oriental, 25 de agosto de 2017

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