Descisiones


   Comenzó la cuenta regresiva para definir el destino de dos propuestas radicalmente antagónicas. Las dos contienen aspectos que serán tomados en cuenta de manera definitiva por la mayoría de las masas que forman parte de los modelos de participación política y ciudadana, insertados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

    A partir del ascenso de Nicolás Maduro en el 2013 como Presidente electo constitucionalmente por la mayoría de electores y electoras participantes, de manera democrática, transparente y protagónica, los acontecimientos siguen volcados hacia el derrocamiento del Gobierno bolivariano por parte de la oposición venezolana y de alianzas externas que no han cesado como continuación de la estrategia aplicada contra el Comandante Hugo Chávez Frías.

    Como es sabido, el modelo que se trata de construir desde el concepto político de una Revolución Bolivariana Socialista, que de forma estructural al proceso, con factores de inclusión y participación amen de la inversión predestinada para el desarrollo social. Desde el aspecto humano, sirve para la construcción de la patria que soñaron nuestros próceres, libertadores y libertadoras, basado en el sueño de nuestro Libertador y Padre de la Patria Simón Bolívar; darle al pueblo la mayor suma de felicidad posible.

    Esta coyuntura crea una expectativa con respecto a que si es posible mantener la línea política y continuar aplicando el Plan de la patria como Legado de Chávez. Siendo Algo que la oposición se resiste a aceptar de una manera fuera de la lógica política y contra los principios democráticos. Las contradicciones se han apoderado del componente opositor hasta el extremo de no poder controlar lo creado por el mismo.

     Las cadenas de destrozos a todo nivel, acompañadas de muertes y terror, sin argumentos y mucho menos respuestas justificadas ante la opinión pública.

    En medio de las diferentes situaciones que vive el pueblo venezolano, vale la pena destacar las guerras económica-alimentaria, mediática, psicológica, comunicacional de todas las generaciones, internacional, energética y una que muy pocas veces se aplica; la guerra del terrorismo y el miedo.

    Todo lleva una finalidad bajo una orden expresa; La riqueza material de Venezuela: Las mentiras y acciones aplicadas con descaro, desparpajo, provenientes de las vocerías derechistas, no tienen cabida desde ningún concepto que se les busque. Asumiendo una conducta amnésica, vacía desde todo punto de vista, elaboran un parte de actividades que propugna la barbarie, la manipulación fuera de la razón, en sus actos y expresiones se observa la fatua paranoia como argumento de sus actividades que rayan en la ignorancia a propósito.

    La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, emana de la premisa que el Presidente Nicolás Maduro considera de manera constitucional la activación de los artículos 347,348 y 349. Situación negada o preferiblemente no entendida por la tendencia terrorista de la oposición venezolana, generando análisis sin contenidos que puedan aportar elementos para el dialogo, el debate o la discusión en base a la interpretación que emana del articulado constitucional. La respuesta ha sido tórrida y fuera de razonamientos; muerte y terror, destrucción y negación de manera obtusa.

    En fin, ya las decisiones están tomadas desde todos los aspectos a considerar, el CNE; ya decidió. El Tribunal Supremo de Justicia; ya decidió. El Poder Popular; ya decidió. Solo falta la oposición política criolla mantuana que se niega, no quiere entender lo que se decidirá el 30 de julio; la Constituyente por la paz de la Patria. Esa es la decisión que debemos tomar quienes realmente queremos y sentimos a Venezuela.

Agustín Ruiz
Publicado en El Oriental, el 07 de julio de 2017


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